Taller de Geometría y
Arte. Introducción
• Un trabajo
sumamente interesante a la vista del Espacio Común Europeo es investigar sobre
la enseñanza de la Geometría, y aplicar estos conocimientos a analizar
determinados edificios, de esta época o de épocas pasadas. Es un trabajo de puesta a punto en pensamiento matemático
.
• A través de
dicha mirada se puede organizar materias de Geometría de gran interés para su
estudio, tanto para Escuelas de Ingeniería como Caminos o
Obras Públicas, como para las Escuelas de Arquitectura.
• “Las obras arquitectónicas modernas pueden
describirse como ESQUELETOS, CONTENEDORES, COLLAGES, ENVOLTORIOS Y CAJAS, y
aunque la arquitectura es una disciplina que nunca puede abstraerse por
completo, dado que está inevitablemente sentenciada por su componente
anatómico, estos términos nos han llevado a creer que la abstracción es una
cualidad formal. Sin embargo, si se analizan las obras “desde dentro”, si dejan
de tratarse como objetos y en cambio, se entienden como vehículos para la
observación y la reflexión, se puede llegar a descubrir que la abstracción –el
esfuerzo conceptual de los arquitectos modernos- no era un atributo que quedaba
impreso en las formas arquitectónicas, sino una cualidad de las estrategias de
proyecto que las hicieron posible.
• El estudio pormenorizado de estas cinco obras
arquitectónicas demuestra que las estrategias de proyecto limitaban la
arbitrariedad de las decisiones creativas de los arquitectos, ofrecían al
sujeto que experimentaba una herramienta de interpretación y hacían visible la
idea conceptual que operaba tras el proyecto. Hoy, siguiendo las actitudes de
los arquitectos modernos, deberíamos evitar conformarnos con contemplar y
repetir las formas que nos han llegado como legado y, en cambio, deberíamos
tratar de encontrar las estrategias de proyecto que nos permitan construir la
abstracción. Porque solo ellas pueden ayudarnos a seguir creando una
arquitectura que no es únicamente para el arquitecto, sino una arquitectura que
le dé un papel al hombre para que participe en la creación de su significado”.
(1)
• (1) cita extensa del artículo “Construir la abstracción: actitud
y estrategia del proyecto moderno”, publicado en la revista Arquitectos 180,
Estrategias de formación, editada por el Consejo Superior de los Colegios de
Arquitectos de España (CSCAE). Autora: Laura Martínez de Guereñu
Elorza, doctora en arquitectura.
• Tanto el
espacio que percibimos como los fenómenos que vemos en él son empíricamente
reales lo que significa que no nos equivocamos cuando, al tratar de entender
racionalmente nuestra experiencia, decimos que "están ahí fuera".
Ahora bien, al mismo tiempo hemos de concluir que son trascendentalmente
ideales, lo cual significa que si pensamos en una hipotética realidad
trascendente, el espacio y los fenómenos que vemos en él no tienen cabida en
ella más que como ideas, como contenidos mentales, tal vez reflejos (con un
grado de fidelidad desconocido a priori) de los objetos trascendentes que
conforman dicha realidad. Lo que el lector debe tener bien presente es que la
ciencia no describe una hipotética realidad trascendente, sino la realidad
empírica que nos muestra la experiencia, y, por ello, no le afecta en nada cuál
pueda ser la naturaleza de esa realidad. Si vivimos en Matrix,
la ciencia describe la realidad de Matrix que es una realidad diseñada por un programador
informático, pero eso no cambia ninguna ley física.
• Toda la información que recibimos del mundo que nos
rodea, todo lo que vemos, oímos y tocamos, lo procesamos en primera instancia
en términos geométricos . Sin embargo, no podemos considerar a
las leyes formales que rigen el espacio tridimensional que percibimos como una
parte de la física. Al contrario que las leyes físicas, las leyes de la
geometría nos son dadas a priori, en cuanto que ninguna experiencia puede
confirmar o refutar ninguna de ellas. Por ejemplo, podemos asegurar a priori
que es imposible percibir una recta que posea dos paralelas por un mismo punto.
Nuestra intuición geométrica nos permite decidir inmediatamente la verdad o
falsedad de un gran número de afirmaciones.
• A su vez,
de todas ellas se sigue mediante razonamientos lógicos un cuerpo de teoremas no
menos numeroso que, si nuestra intuición no alcanza a validar directamente, al
menos los corrobora en instancias particulares.
• Los antiguos
griegos exploraron en profundidad este cuerpo de teoremas y llegaron a
comprender en gran medida su estructura lógica. Tanto es así que en sus
exposiciones más elaboradas, el modelo de las cuales son, sin duda, los
Elementos de Euclides, no solo se demuestran con un
gran sentido del rigor todos los hechos no evidentes, sino que incluso los que
cualquiera daría tranquilamente por obvios son demostrados a partir del mínimo
número de principios a los que el autor pudo reducirlos.
• Fermat y Descartes descubrieron que la geometría como
teoría lógica es equivalente a una estructura algebraica, esencialmente al
espacio vectorial R3, en el sentido de que los puntos, rectas, planos,
circunferencias, etc. pueden ser identificados con ciertos subconjuntos de R3
de modo que los teoremas geométricos sobre estos conceptos se corresponden con
los teoremas algebraicos sobre sus conjuntos asociados. Así surgió la llamada
geometría analítica y con ella la clave para una comprensión mucho más profunda
de la geometría en general. • El álgebra es especialmente dada a encontrar
principios profundos, poco evidentes por sí mismos pero enormemente
iluminadores. El que una determinada afirmación nos aparezca o no como evidente
es una cuestión psicológica sin ningún significado matemático, por lo que la
geometría axiomática al estilo de Euclides se
considera hoy, con razón, como algo superado. El tratamiento algebraico de la
geometría, aparte de ser lógicamente más simple, nos abre las puertas de “otras
geometrías”, es decir, de otras teorías algebraicas lo suficientemente cercanas
a las de la geometría tradicional euclídea como para
que sea justo englobarlas bajo el mismo nombre. El caso más elemental es la
sustitución del exponente en R3 por cualquier otro número natural. No tenemos
ninguna intuición que pueda aplicarse a R4, pero el cambio de un 3 por un 4
apenas modifica la teoría algebraica, que de hecho se desarrolla sin dificultad
y por el mismo precio en el espacio general Rn. Otros
casos menos triviales son las geometrías no euclídeas
o las geometrías basadas en los números complejos.
• La algebrización de la geometría no supone un mero cambio
formal, es propia y profundamente un cambio de lenguaje (ver Chomsky).
• Hoy, ese
niño al que irreflexivamente y hasta su llegada a la Universidad se le enseñan
una serie de hechos fáciles de entender adquiere una razón empírica que no
violenta su intelecto ni “sentido común” y que toma sus raíces en el
anteriormente denominado “marco cartesiano”. Seguimos aprendiendo Geometría Euclídea como única herramienta (lenguaje) para
relacionarnos con nuestro entorno físico. Cuando realizamos o hacemos un uso
empírico de la razón partimos, inconsciente o irreflexivamente de un a priori
dogmático, ¿podemos plantearnos que la geometría de la naturaleza no sea Euclídea y que aunque en primera instancia esta sea
suficientemente aproximada en sus resultados, tal y como lo fueron las leyes de
Newton, no sea, en la actualidad, la más adecuada para condicionar nuestra
percepción de la realidad, nuestra experiencia?. •
Como fin último este proyecto busca indagar, investigar, profundizar en cómo
enseñar geometría procurando que las bases del lenguaje con las que cualquier
individuo se va a relacionar con su realidad adquieran un grado de abstracción
tal que permita el correcto entendimiento entre los distintos agentes sociales
y/o culturales ya sean ciudadanos, investigadores, artistas....., es decir, que
sea enseñado, trasmitido y, por lo tanto, asumido como base, por todos, como si
de un lenguaje materno se tratara, después, cada cual lo desarrollará o no en
función de sus aspiraciones científicas, culturales y/o sociales.
• Tal y como
maravillosamente expresa Capi Corrales Rodrigañez en
su libro “Un paseo por el siglo XX de la mano de Fermat
y Picasso” en este curso se busca:
• “Hacer explícito el componente abstracto en la mirada
de una cultura no solo hace posible la transmisión de esta cultura, sino
también su convivencia y comunicación con otras culturas. Para poder transmitir
nuestra cultura y para que ésta aprenda a convivir con otras, necesitamos
prestar atención a cómo modelamos culturalmente nuestra mirada, y en particular
a de qué elegimos hacer abstracción y de qué decidimos abstraernos cuando
miramos”.